Nuevo León

Monterrey VI, plan seguro para abasto de agua a largo plazo

Gobierno de Samuel García contempla retomar la construcción de un acueducto para traer el vital líquido desde el río Pánuco a la presa Cerro Prieto


  • 17
  • Febrero
    2022

Expertos y exfuncionarios del gobierno estatal aseguran a El Horizonte que el proyecto hídrico Monterrey VI siempre fue la mejor alternativa, si no es que la única, para verdaderamente asegurar el abasto de agua a largo plazo para Nuevo León.

Y por eso se debió comenzar a construir desde hace siete años cuando se planteó, pues desde entonces están listos desde los estudios técnicos hasta los derechos de paso por todo Tamaulipas, indican estas voces.

Sin embargo, el proyecto fue echado abajo más por intereses políticos y de empresas particulares, que por genuinamente ayudar a Nuevo León, acusan.

Dicho plan, que ahora reconoce el gobernador Samuel García, es la única manera de garantizar el suministro en una urbe que crece constantemente, según señalaba desde 2015 el exdirector de Agua y Drenaje, Emilio Rangel Woodyard.

El exfuncionario, un académico respetado en el ámbito de la hidrología, estaba convencido de que era un proyecto necesario e indispensable, pues la población en el estado iba en crecimiento y ante ello debían sumarse otras fuentes de abastecimiento de agua, diferentes a las presas y pozos de La Huasteca.

“En el área metropolitana de Monterrey traemos un suministro ya promedio de 11,500 litros por segundo (11.5 metros cúbicos por segundo), por lo que ya una nueva fuente de abastecimiento tiene que ser incorporada.

“Los estudios que se hacen ya fueron rebasados por la realidad, traemos un 11% más de medidores instalados, no son nada más encuestas y proyecciones, sino con medidores instalados con nombre y apellido, el crecimiento ha seguido, y ha seguido al alza, por lo que esa cantidad de agua, 250 litros por segundo tienen que ser incorporados cada año”, señaló en entrevista Rangel Woodyard en 2015.

En ese entonces el estado indicó que buscaban evitar que se regresara a los tiempos en donde había cortes de agua constantes, pues era algo que se temía en 2013, que fue el año cuando la sequía incrementó en el estado.

Incluso, los empresarios también defendieron el proyecto de Monterrey VI en diciembre de 2014, cuando consideraron que el proyecto era necesario para garantizar el abasto de agua en la entidad.

“Es un proyecto visionario, como cuando se hicieron las grandes presas aquí en Nuevo León. No debemos cuestionar si se debe hacer o no, sino cuándo. También se puede ver si hay otras alternativas. Nosotros pensamos que es importante empezar lo antes posible”, indicó en ese entonces el presidente de la Cámara de la Industria de Transformación (Caintra) en Nuevo León, Álvaro Fernández Garza.

Asimismo, quién se posicionó a favor del proyecto fue la Conagua; en 2014 durante una reunión del Consejo de la Cuenca del río Bravo consideraron que era un error detener el proyecto el cual aseguraron era necesario para Nuevo León.

“En la Comisión Nacional del Agua, sin duda, respaldamos el proyecto porque es una necesidad como en todas las ciudades del país.

“La necesidad de una nueva fuente es inevitable en función de que el crecimiento de nuestra región y el impulso que tiene esta región no se puede detener, no podemos parar el crecimiento”, mencionó el entonces delegado de la Conagua, Óscar Gutiérrez.

RECIBIÓ PRESIÓN por cuestiones políticas

Además de ser criticado por expolíticos, el proyecto de Monterrey VI también fue frenado en su momento por presión de ONG’s, incluso internacionales, al asegurar que era innecesario y costoso.

Entre los principales culpables de que hoy Nuevo León no tenga agua estarían el exsenador y expanista Fernando Elizondo Barragán, así como el empresario Eugenio Clariond, quienes antepusieron intereses personales a los verdaderos intereses de los nuevoleoneses para desacreditar el proyecto.

En 2015, de acuerdo con el expresidente del Fondo de Agua Metropolitano de Monterrey (FAMM), Eugenio Clariond Reyes-Retana, presentó un estudio elaborado por The Nature Conservancy (TNC) en el que la organización señala que el río Pánuco, desde donde se pretende llevar agua hacia Nuevo León, ya presentaba déficit del líquido, y que la entidad no requeriría más abasto hasta después de 2025.

En ese entonces se informó que el reporte se elaboró a partir de información de instituciones gubernamentales y académicas, y contó con la participación de especialistas nacionales e internacionales de hidrología, biología, ecología, ingeniería, economía del agua, evaluación social de proyectos, finanzas y aspectos legales.

De acuerdo con el reporte del estudio, TNC recomendó tres mecanismos para fortalecer la seguridad hídrica de Monterrey, entre los que se encuentra incentivar el ahorro por consumo; uso eficiente y sostenible; y la conservación de las fuentes de agua que generarían ahorros de agua de forma muy significativa.

“Monterrey VI es en muchos aspectos inviable, si no cuenta con una visión integral para atender con efectividad los retos de seguridad hídrica de Monterrey y su área metropolitana. No puede ser visto o analizado de forma aislada, ni como la principal o la única opción de abastecimiento de agua.

El proyecto también fue rechazado por asociaciones civiles del estado que forman un bloque contra Monterrey VI, quienes crearon la página www.noamonterreyvi.com, en la que daban a conocer información que explicaba por qué la obra no es necesaria.

Pues consideraban que la obra, además de innecesaria, era el robo del siglo, al ser un gasto irresponsable de recursos que podrían ser utilizados en otros rubros como seguridad, salud, educación y vivienda.

Las ONG’S que participaron eran Rescatemos Nuevo León, Reforestación Extrema, Movimiento de Activación Ciudadana, Asociación de Vecinos de Valle Poniente, Vertebra Nuevo León, Pueblo Bicicletero, Red por la Dignidad, Academia Nacional de Arquitectura, Unión Neoleonesa de Padres de Familia y Frente Amplio Ambientalista, Agua para Todos y Evolución Mexicana.


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