¿Cómo luce la Casa de los Tubos?

Una célebre leyenda urbana persigue a esta casa desde hace cuatro décadas. Pero hoy en día lejos de dar miedo, la construcción se ha convertido en un hermoso hogar

Por: EH

19
Mayo
2020

Una de las leyendas más famosas del estado de Nuevo León es la de la casa de los tubos, una célebre construcción que muchos califican como maldita por las situaciones que ahí se han presentado.

Ubicada en la montaña del exclusivo sector de Contry La Escondida, en el municipio de Guadalupe, se hallaban las ruinas de una peculiar construcción arquitectónica compuesta por cinco cilindros.

La leyenda cuenta que en los años sesenta un padre amoroso tenía una hija que sufría parálisis, por lo que decidió construirle una casa con habitaciones y pisos unidos por rampas para que su silla de ruedas no tuviera obstáculos.

Sin embargo, hay quienes dicen que incluso el terreno estaba maldito pues conforme la construcción avanzaba, la tensión entre los trabajadores aumentaba y cada vez se sentían más incomodos pues un temor inexplicable había surgido en ellos.

Pronto las cosas se pusieron más extrañas, las herramientas comenzaron a desaparecer, y accidentes empezaron a ocurrir en la construcción, hasta que un día dos albañiles fallecieron accidentalmente.

Tras eso, muchos hombres renunciaron; sin embargo, el padre decidió continuar con la construcción de la casa para su hija, y un día decidió llevarla para que observara el progreso de su nuevo hogar.

Por razones que nadie ha podido explicar la niña llegó al piso más alto de la casa y minutos después, mientras su padre la buscaba desesperado, escuchó un horrible ruido, el cual convirtió su peor miedo en realidad.

La silla de ruedas de la niña se deslizó por una de las rampas llevándola hacía la muerte tras caer por una de las ventanas; ese día el padre decidió parar la construcción y sintió que su vida se había terminado.

Cuenta la leyenda que un día el padre, destruido y completamente alcoholizado, decidió volver a la “Casa de los Tubos”, el escenario de la peor tragedia de su vida y en un intento por eliminar el dolor que la muerte de su hija le había causado, se quitó la vida.

Durante años esta extraña construcción abandonada fue testigo de muertes inexplicables y también fue visitada por muchas personas, quienes aseguraban que por las noches se escuchaban unos horribles gemidos de angustia, e incluso en ocasiones se podían ver los espíritus de la niña y su padre.