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Estilo de Vida

Hallan más de 200 edificaciones chachapoyas en Perú

El sitio de Ollape reveló viviendas circulares y dos raras cabezas clavas, esculturas de piedra que confirman la riqueza cultural de los Guerreros de las nubes


  • 19
  • Agosto
    2025

Los vestigios de más de 200 edificaciones circulares de los chachapoyas, una de las civilizaciones prehispánicas que habitaron el antiguo Perú antes que los incas, fueron descubiertos en el norte de los Andes peruanos.

Ahí se encontraron dos singulares cabezas clavas, piedras con forma de cabeza humana que colgaban de los muros de estas construcciones.

El hallazgo se realizó en el sitio arqueológico de Ollape, con el uso de la tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging), que permitió escanear desde el aire la orografía, para así identificar las estructuras ocultas bajo los bosques, la vegetación y la tierra.

Las formas circulares de las estructuras con frisos de rombos en la base no dejan lugar a dudas de que se trató de un poblado de los chachapoyas, la civilización que habitó la cuenca alta del río Utcubamba, en la región peruana de Amazonas, entre los años 800 y 1500 d.C., hasta que los conquistaron los incas.

Conocidos también como los “Guerreros de las nubes”, por vivir en lo alto de las montañas donde están los bosques nubosos y por oponer una gran resistencia a los incas, los chachapoyas tuvieron su gran centro en la fortaleza de Kuélap.

Este es un monumental recinto al que se le considera como el Machu Picchu del norte de Perú, pero alrededor de esta región dejaron otros centros poblados como el de Ollape.

La gran sorpresa llegó cuando en uno de los edificios se encontraron con dos cabezas clavas, dos esculturas de cabezas talladas en roca con un soporte para insertarse a modo de clavos en los muros de piedra, con una función presumiblemente ornamental.

Estos monolitos, trabajados en piedra oscura, muestran sendos rostros de mirada penetrante, nariz prominente y dientes rechinantes, con un estilo similar a los tradicionales sarcófagos de barro donde los chachapoyas enterraban en lugares inaccesibles.

Estas cabezas clavas estaban empotradas en la parte de arriba del edificio y, con el paso de los años, han caído y han quedado enterradas. La estructura donde estaban insertadas estas cabezas clavas también cuenta con un friso peculiar en forma de zigzag que se diferencia del resto de construcciones y que apuntaría a que se trataba de un espacio especial, de una importancia mayor que el resto.

 


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