Rosario Ibarra: la primera candidata a la presidencia de México

María del Rosario Ibarra de la Garza, también conocida como Rosario Ibarra de Piedra, nació en Saltillo, Coahuila, en 1927. Activista incansable, pionera en la defensa de los derechos humanos y la democracia en México, ha dejado una huella imborrable en la historia del activismo.

Su vida dio un giro dramático con la desaparición forzada de su hijo Jesús Piedra Ibarra en 1974, acusado de pertenecer al grupo guerrillero "Liga 23 de Septiembre". Este trágico suceso marcó el inicio de la lucha incansable de Ibarra de Piedra, convirtiendo su dolor personal en una lucha colectiva.

En 1977, fundó el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos, conocido como Comité ¡Eureka!, que se convirtió en voz de madres que buscaban a sus seres queridos desaparecidos bajo un gobierno autoritario.

La lucha de ¡Eureka! logró resultados significativos, incluida la promulgación de la Ley de Amnistía en 1978, que liberó a mil 500 presos políticos y permitió el regreso de exiliados. Esta victoria fue esencial para la democratización del país y el respeto a los derechos humanos.

Fue diputada, senadora y asesora política. También, fue la primera mujer candidata a la Presidencia de la República en 1982 y 1988 por el ahora ya extinto Partido Revolucionario de los Trabajadores, tras pugnas internas, rechazando sumarse a la candidatura de Cárdenas, lo cual ocasionó una división en el PRT.

Sin embargo, su actitud fue congruente con sus principios referentes a que la participación electoral es táctica más no estratégica. Ante el triunfo de Carlos Salinas de Gortari se unió a los reclamos de fraude electoral. Por otra parte, la falta de apoyo del electorado llevó a su partido a perder su registro.

Rosario Ibarra de Piedra también llevó la lucha a nivel internacional, vinculando a ¡Eureka! con organizaciones en París, Nueva York, Ginebra y La Haya. En 2012, con el impulso del comité, inauguró el Museo Casa de la Memoria Indómita para recordar a víctimas de desaparición forzada.

A lo largo de los años, su compromiso la llevó a ser candidata al Premio Nobel de la Paz en varias ocasiones y recibir reconocimientos, incluida la Medalla de Honor Belisario Domínguez en 2019. Sin embargo, para ella, el mayor reconocimiento sería tener a su hijo a su lado.

La historia de Rosario Ibarra de Piedra es un testimonio de coraje y perseverancia en la búsqueda de justicia y derechos humanos. Su legado perdura a través de su hija, María del Rosario Piedra Ibarra, actual presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quien comparte el dolor de su madre y la convicción de seguir luchando por los derechos fundamentales en México.

Fuentes: Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

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