Nuevo León

Avenida Juárez, la más regia de las calles

El amanecer en la avenida Juárez comienza al levantar las cortinas de acero de los comercios


  • 04
  • Agosto
    2018

Desde el cruce con la avenida Constitución, la monumental cabeza de Benito Juárez mira toda su larguísima calle que divide a Monterrey en poniente y oriente.

Un ejército de empleados se alista para atender a otro ejército de compradores, que luchan por abrirse camino de aquellos que van de paso por la avenida rumbo a otro destino.

La avenida Juárez tiene sabor de elote tostándose lentamente en brasas, de frituras bañadas con crema, churros azucarados, calientitas gorditas de harina recién horneadas, de tunas frías, cócteles de fruta picada y aguas frescas que sacian la sed.

El molesto rugir de motores es parte de un abanico de sonidos que tiene la avenida: claxón de conductores desesperados, música a un volumen ensordecedor de comercios para atrer clientes y un chillar de llantas que se frenan repentivamente por el arriesgado peatón que se cruza entre camiones urbanos.

Las miradas chocan entre tanta oferta que vende de todo: ropa, calzado, celulares, sombreros, discos, utensilios de cocinas, medicamentos, bolsas, ropa de cama, en fin, todo lo que Monterrey ocupa para vivir. Claro que también venden lo que no se ocupa, pero son lujos que un regio siempre quiere tener.

Bañados en smog es como se anda por la más regia de las avenidas que tiene Monterrey, que se corona majestuosamente por la Basílica de Nuestra Señora del Roble, la santa patrona de la ciudad.

La avenida Juárez ha visto transitar a los jóvenes soñadores que creyeron que el estudio en el Colegio Civil cambiaría sus vidas. Y claro que lo hicieron.

Llegando a la calle de Arramberri, la imagen urbana conserva el Mercado Juárez, que lucha por seguir vivo porque su hermano, el Mercado Colón, dejó su espacio para que se construyera un moderno auditorio.

La lucha del Mercado Juárez es un esfuerzo por conservar clientes. Desde su puente peatonal hasta sus escaleras eléctricas al aire libre. Modernizarse por no desaperecer.

Al llegar al cruce de Manuel María de Llano hay otro pilar que libra su propia batalla por existir: la Secundaria 1. Años atrás fue el orgullo del sistema educativo de Nuevo León. El lema de la Secundaria eleva el sentir de los regiomontanos: Educar para la Vida.

Pero ahora ya no hay habitantes alrededor de la escuela y su destino parece ser igual que su vecina, la primaria Simón de la Garza Melo, que sus aulas ahora son para capacitar a maestros.

La historia de la defensa de Monterrey también está en la avenida Juárez. La Ciudadela, con sus cañones, nos relata que regiomontanos dieron su sangre por defender la patria del invasor norteaméricano.

Ahora La Ciudadela es una biblioteca, que tiene como vecino al viejísimo Teatro Calderón, que en la esquina con la calle de Tapia ve que nadie lo visita.

La Calzada Madero, con su bullicioso, opaca en su cruce a la avenida Juárez. Imposible competir con una avenida que antes lucía unas palmeras, pero ahora reducidas a un jardín de camellón.

Pero la avenida Juárez conitnúa y cruza Reforma y la avenida Colón. Y todavía unas calles más en la colonia Sarabia, pero ya no es el centro.

Aquí, al final del recorrido a pie, se acepta el agua fresca.

-¿de 15 ó de 25?

-De 25, está dura “la calor”.



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