Distimia: La tristeza silenciosa que persiste
Este trastorno depresivo persistente afecta a millones sin notarse. Especialistas alertan sobre sus síntomas sutiles y llaman a buscar atención temprana
- 26
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Junio
2025
Aunque no es tan reconocida como la depresión mayor, la distimia o trastorno depresivo persistente, afecta la calidad de vida de millones de personas en el mundo.
A menudo confundida con una personalidad melancólica o una “racha difícil”, esta condición se instala como una tristeza de bajo nivel, constante y duradera, que puede pasar desapercibida durante años.
La distimia es un trastorno crónico, caracterizado por un estado de ánimo deprimido que persiste la mayor parte del día, puede llegar a presentarse durante al menos dos años en adultos, y un año en niños y adolescentes.
Según la Asociación Americana de Psiquiatría, este diagnóstico entra dentro de la categoría de trastornos depresivos del DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales).
A diferencia de la depresión mayor, cuyos síntomas pueden ser más agudos e incapacitantes, la distimia es insidiosa. La persona puede funcionar en su día a día, trabajar, socializar, cuidar de su familia, pero con un trasfondo emocional apagado, una constante sensación de desánimo o vacío.
“La distimia es como una niebla gris que no se va. No es una tormenta como la depresión aguda, pero es una nube que te acompaña por años”, explica la psiquiatra Teresa Moreno, especialista en salud mental en el Instituto Nacional de Psiquiatría de México. (Con información de Agencias)
Síntomas principales
Los síntomas de la distimia pueden parecer leves, pero su duración los hace especialmente debilitantes. Entre ellos destacan:
- Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día.
- Baja autoestima.
- Fatiga o falta de energía.
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia).
- Cambios en el apetito.
- Sensación de desesperanza.
Cómo combatir la distimia
La intervención oportuna puede marcar una gran diferencia en la vida de quien la padece.
Psicoterapia: La terapia cognitivo-conductual es altamente efectiva para trabajar con los pensamientos negativos persistentes y mejorar la autoestima.
Medicamentos: Los antidepresivos, especialmente los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), pueden ayudar a restablecer el equilibrio químico en el cerebro.
Hábitos saludables: El ejercicio tiene efectos antidepresivos comprobados, establecer rutinas de sueño estables, y evitar el consumo excesivo de alcohol o sustancias, así como establecer conexiones sociales significativas, serán de gran beneficio.
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