Aguas turbulentas pudieron contribuir al choque de buque mexicano
Se desconoce qué causó la colisión, y es probable que una investigación de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos tome meses
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Mayo
2025
Cuando un buque escuela de la Marina chocó contra el Puente de Brooklyn, estaba maniobrando en aguas turbulentas. La marea acababa de cambiar, y una corriente rápida se dirigía hacia el East River, en medio de fuertes vientos.
Aunque tales peligros son fácilmente manejados por un capitán experimentado, los errores pueden ser costosos en el puerto de Nueva York, donde canales estrechos y curvos, vientos que soplan desde Manhattan y remolinos similares a torbellinos pueden combinarse para dificultar el paso.
En el caso del Cuauhtémoc, 90 metros, dos marineros murieron y 19 resultaron heridos el sábado 17 de mayo, cuando el barco chocó contra el icónico puente, derribando los tres mástiles del buque como fichas de dominó mientras se dirigía hacia un muelle abarrotado.

Se desconoce qué causó la colisión, y es probable que una investigación de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos tome meses.
Sin embargo, imágenes de la colisión —grabadas por horrorizados espectadores— muestran al barco chocando contra el puente en reversa a toda velocidad, lo que sugiere que el capitán perdió el control del motor.
También hay preguntas sobre si un remolcador de escolta se retiró demasiado pronto y debería haber estado amarrado al barco o haberse quedado con él hasta que se dirigiera al mar. Preocupaciones similares sobre remolcadores surgieron cuando un gran buque de carga chocó contra un puente en Baltimore el año pasado.

PUDO SER TRAGEDIA MAYOR
Sal Mercogliano, un exmarino mercante que ha navegado múltiples barcos a través del puerto de Nueva York, dijo que todos esos “peores escenarios” —la altura del barco, una corriente fuerte, viento fuerte y la ausencia de una escolta de remolcador más controlada— contribuyeron a la tragedia.
“Lo prudente habría sido salir dos horas antes, cuando la marea estaba bajando. Ese habría sido el momento ideal”, explicó Mercogliano, quien escribe un blog de navegación ampliamente seguido. “Pero no creo que jamás imaginaran que su motor los impulsaría hacia el puente”.

Aun así, sostuvo que se evitó una catástrofe peor gracias al aparejo de acero del barco, que impidió que los mástiles cayeran al agua, así como al hecho de que la tripulación permaneció amarrada en su posición en lugar de correr el riesgo de que algunos miembros pudieran caer desde una altura de 12 pisos mientras bajaban apresuradamente por las jarcias.
“Podrías haber tenido a chicos amarrados ahogándose en el río”, manifestó. “Esto podría haber sido mucho peor”.
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