Expertos advierten que aeronave no debía volar en México

Expertos en aviación no se explican cómo la aeronave ejecutiva con matrícula de Estados Unidos que se estrelló la tarde del domingo causando la muerte de 2 tripulantes y 11 pasajeros, estaba operando en territorio mexicano como taxi aéreo.

El Bombardier Challenger 601 matrícula N601VH modelo 1989 tenía su base en el aeropuerto de Toluca y sus últimos 11 servicios fueron 10 a ciudades mexicanas: Durango, Mazatlán, Oaxaca, Chihuahua y Monterrey, de donde partió a su único destino en Estados Unidos, Las Vegas, que resultó el último de esta nave.

La propietaria de este jet ejecutivo desde el año 2017 era TVPX Aircraft Solutions Inc. Trustee con sede en North Salt Lake, Utah.

Hasta el 9 de septiembre lo fue Global Jet Transactions LLC, de Hillsboro, Oregon y antes las siguientes empresas, todas norteamericanas: Aviation Enterprises Inc, de Willmington, Delaware; Hawker Aircorp Inc, de Dover, Delaware; VT Aviation LLC, basada en Morrisville, North Carolina, Stratford, Conecticut y Durhamn North Carolina.

Contra la costumbre de las aeronaves ejecutivas que tienen como destino Monterrey, la accidentada estaba programada para aterrizar en el Aeropuerto Mariano Escobedo el domingo 5 de mayo a las 7:16pm, habiendo despegado del Aeropuerto de Las Vegas a las 2:52pm.

El código de la ruta que le fue asignada al salir del aeropuerto McCarran fue COWBY8, COWBY, PGS, URKOM, UT3, MOV, UJ15 MTY. Solo los últimos dos códigos no pudieron registrarse en la bitácora de los controladores aéreos, lo cual habla de la proximidad a que estaba de su destino.

El track log -registro de la trayectoria que siguen todas las aeronaves- partió a las 4:52pm tiempo de Monterrey, señalando tres veces durante cada minuto la ubicación del jet en grados, velocidad y altitud.

El último registro que se tuvo fue a las 6:37pm -39 minutos antes de la hora programada para su aterrizaje- que marcó la latitud 28.38, longitud -103.31, en el radio de espacio aéreo de Monclova, velocidad de 701 kilómetros por hora y una altitud de 12,473 metros.

El que no se hayan producido registros graduales a la baja en cuanto a velocidad, altura y posición de la aeronave, habla de un mal funcionamiento o falla masiva de la aviónica del aparato, mencionaron.

Los expertos consultados mencionaron que a pesar de los 30 años de antigüedad de la aeronave, si los mantenimientos estaban en regla -y así debe haber sido para recibir autorización de despegue- no representan factor, a reserva del resultado de los peritajes oficiales.

A su juicio, lo primero que debe dilucidarse es la forma en que una empresa de aviación extranjera consiguió permiso de las autoridades de aeronáutica civil para trabajar como taxi aéreo y sugirieron investigar si existen otros casos.

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