Exigen a Pyosa aclarar qué químico derramó al arroyo Topo Chico
A una semana del derrame en el arroyo Topo Chico, Pyosa y autoridades siguen sin informar qué sustancia fue vertida ni cuánto daño provocó
- 21
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Mayo
2025
Sobre el derrame de miles de litros de residuos industriales de Pyosa, es fecha en que no se ha informado qué tipo de sustancias se derramó ni la cantidad que terminó escurriendo por el arroyo Topo Chico.
Este martes, se cumplió una semana desde que de la planta de Pyosa, ubicada en la colonia Bella Vista, en Monterrey, salieron miles de litros de un líquido color azul. Pero, ni la empresa ni las autoridades ambientales han dicho qué es, ni mucho menos de las sanciones que se prometió que se le aplicarían a la empresa.
Ante esto, ambientalistas pidieron que Pyosa presente los datos “duros” y un informe técnico sobre la composición de la sustancia y la amenaza que representa para la salud de las personas y el medio ambiente.

La activista Ivonne Bustos recordó que, en el caso del derrame de Ternium, la Conagua y la empresa informaron qué tipo de sustancias se derramaron cuatro días después, y en este caso ya ha transcurrido más tiempo y no se ha informado nada.
“La empresa sigue sin darnos datos técnicos duros, sin decirnos exactamente de qué sustancia estamos hablando, como correspondería que lo hiciera, sin dar muestras de qué es ese desecho. Eso también lo tiene que determinar la autoridad, pero ellos deben de dar su parte de acuerdo a lo que arrojan sus laboratorios y sus procesos”, dijo Bustos.
Este martes, El Horizonte le pidió a la Profepa y a Medio Ambiente el resultado de las investigaciones, pero la respuesta fue que el caso aún está en análisis.
Tiene Pyosa carga de incidentes negativos
Pyosa carga sobre sus espaldas un largo historial de incidentes negativos que datan desde los años 90.
Desde acusaciones de contaminar con plomo en los alrededores de su planta de San Nicolás, lo cual afectó a 120 niños, hasta fugas que provocaron la muerte de tres trabajadores, es lo que le ha ocurrido a Pyosa, tanto en su planta de Balcones de Anáhuac, en San Nicolás, como en la de la Bella Vista, en Monterrey.
Pigmentos y Óxidos SA (Pyosa) ha acumulado a lo largo de los años un historial de incidentes ambientales en Nuevo León que han dejado una huella profunda en las comunidades cercanas a sus instalaciones.
Desde finales del siglo pasado, esta compañía dedicada a la producción de pigmentos, colorantes y productos químicos ha sido señalada por contaminación del aire, suelo y agua, además de afectaciones directas a la salud de la población.
Uno de los episodios más críticos en su historial ocurrió en 1999, cuando se detectó la presencia de plomo en la sangre de al menos 120 niños de las colonias Balcones de Anáhuac y Tabachines, en el municipio de San Nicolás de los Garza.

Los estudios, realizados por el IMSS y la Universidad Autónoma de Nuevo León, revelaron que algunos menores presentaban hasta 13 microgramos por decilitro de plomo, cifra considerada de alto riesgo para el desarrollo neurológico infantil.
Las familias afectadas, encabezadas por vecinas como Patricia González Villarreal e Irma Guajardo, emprendieron una intensa campaña pública para exigir el cierre definitivo de la planta.
Aunque en un principio las autoridades minimizaron el problema, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) terminó por clausurar la empresa en al menos cinco ocasiones entre 1993 y 1999, imponiéndole multas que superaron los $250,000 pesos. Sin embargo, el daño ya estaba hecho.
Los problemas no se detuvieron ahí. A lo largo de los años siguientes, Pyosa continuó enfrentando denuncias por afectaciones al medio ambiente.
En 2011, vecinos de las colonias Roble y Residencial Periférico reportaron fuertes olores a cloro y gases que provocaban náuseas, dolores de cabeza y malestares respiratorios.
Se trataba de emanaciones de cloro y mercaptano provenientes de las instalaciones de la empresa; en al menos dos ocasiones fue necesario evacuar a decenas de personas.
La compañía argumentó que las fugas se debieron a errores humanos durante la descarga de gases, pero la preocupación entre la ciudadanía creció ante la aparente reincidencia de estos incidentes.
En septiembre de 2021, un incendio de grandes proporciones volvió a poner a Pyosa en los reflectores.
Dos bodegas que almacenaban solventes ardieron durante horas en su planta ubicada en la colonia Bella Vista, al norte de Monterrey.
La columna de humo alcanzó una altura de más de 10 metros, lo que obligó a evacuar a 75 personas y movilizó a más de 100 elementos de Bomberos y Protección Civil.
Aunque no se reportaron víctimas fatales, la emergencia volvió a revivir el debate sobre la seguridad y regulación de este tipo de industrias en zonas urbanas densamente pobladas.
Derivado de años de mala reputación, Pyosa cesó operaciones durante un tiempo, hasta que fue adquirida por un grupo de inversionistas alemanes y reestructurada bajo el nombre de Viakem.
Pese al cambio de razón social y promesas de mejora, los problemas persistieron. En julio de 2020, tres trabajadores fallecieron y al menos 27 resultaron intoxicados tras una exposición accidental al pesticida clorfenapir en las instalaciones de Viakem.
Las autoridades estatales confirmaron que la sustancia, altamente tóxica, había sido mal manejada, lo que derivó en el fatal accidente. Este nuevo incidente generó protestas vecinales, exigencias de clausura por parte de activistas ambientales y llamados a la rendición de cuentas por parte del Congreso local.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León (CEDHNL) solicitó entonces una auditoría ambiental para Viakem, mientras que la entonces diputada Ivonne Bustos Paredes exigió a la Secretaría de Desarrollo Sustentable del estado que diera a conocer el expediente completo de inspecciones a la empresa.

En paralelo, organizaciones civiles recordaron que Viakem no era una empresa nueva, sino la continuación de Pyosa, con el mismo domicilio, estructura operativa y líneas de producción.
Quienes argumentaron que el nuevo nombre era solo un intento de limpiar su imagen sin cambiar realmente las condiciones que habían provocado los múltiples desastres anteriores.
En días recientes, Pyosa volvió a generar preocupación luego de que se detectara un derrame de sustancias químicas color azul en el arroyo Topo Chico, también en Monterrey.
La Secretaría de Medio Ambiente estatal atribuyó la descarga a la empresa, tras identificar que el líquido provenía de una alcantarilla conectada a sus instalaciones. Aunque la compañía negó responsabilidad directa, asegurando que el sistema de drenaje es compartido con otras industrias, las autoridades suspendieron sus operaciones mientras se realiza la investigación correspondiente.
Negro historial de Pyosa
Desde la década de los 90, Pyosa-Viakem ha protagonizado incidentes que, según acusaciones, han dañado la salud y vida de las personas y el medio ambiente.
- 1993 – Pyosa es sancionada con $160,900 pesos por la Profepa por 23 irregularidades en procesos de producción y disposición de residuos.
- 1995 – Arranca investigación por contaminación de plomo en la sangre de niños en cercanía a Pyosa.
- 1999 – Se detectó la presencia de plomo en la sangre de al menos 120 niños de las colonias Balcones de Anáhuac y Tabachines, en San Nicolás, por contaminación de Pyosa.
- 2011 – Vecinos de las colonias Roble y Residencial Periférico reportaron fuertes olores a cloro y gases que provocaban náuseas, dolores de cabeza y malestares respiratorios.
- 2020 – Tres trabajadores fallecieron y al menos 27 resultaron intoxicados tras una exposición accidental al pesticida clorfenapir en las instalaciones de Viakem.
- 2021 – Dos bodegas de Pyosa que almacenaban solventes ardieron durante horas en su planta ubicada en la colonia Bella Vista, al norte de Monterrey.
- 2025 - Pyosa derramó sustancias químicas color azul en el arroyo Topo Chico, también en Monterrey.
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