Los rascacielos más innovadores del siglo XXI que marcan alturas
De Dubái a Milán, estos rascacielos combinan tecnología, naturaleza y arquitectura vanguardista, redefiniendo las ciudades del futuro y desafiando la ingeniería
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Agosto
2025
En un siglo donde las ciudades crecen hacia arriba, los rascacielos han dejado de ser solo torres de acero y vidrio, para convertirse en íconos culturales, hitos de ingeniería y laboratorios de innovación.
Desde Dubái hasta Milán, estas estructuras redefinen la forma en que habitamos los espacios urbanos, integrando naturaleza, tecnología y experiencias únicas. El Burj Khalifa, en Dubái, sigue siendo el referente global con sus imponentes 829 metros de altura.
Con una fachada compuesta por más de 26,000 paneles de vidrio que reflejan el sol del desierto, esta obra es un desafío técnico y estético. “Es un ícono que demuestra hasta dónde puede llegar la visión humana”, afirma el arquitecto Ahmad Al-Khatib.
Su construcción requirió soluciones inéditas para enfrentar el calor y los vientos extremos. En Shanghái, la Shanghai Tower se eleva 632 metros girando 120° sobre su propio eje, lo que reduce en un 24% la carga de viento, y permite ahorrar millones en materiales.

“Fue el rascacielos superalto más verde del mundo en su momento”, destaca un portavoz del estudio Gensler. Sus 270 turbinas eólicas y su fachada de doble piel, la convierten en un modelo de eficiencia energética.
Europa también aporta su visión vanguardista con el Bosco Verticale de Milán, un par de torres cubiertas con más de 900 árboles y 20,000 plantas que crean un ecosistema propio. “Es un manifiesto arquitectónico que devuelve la naturaleza al corazón de la ciudad”, afirma Stefano Boeri, su diseñador. Esta integración de vegetación mejora la calidad del aire y regula la temperatura de forma natural. (Con información de Agencias)
El más alto del planeta
El Burj Khalifa ostenta desde 2010 el récord como el edificio más alto del mundo, con 829.8 metros. Sus elevadores alcanzan velocidades de hasta 10 metros por segundo y recorren 504 metros en un solo trayecto.

El peso total de su estructura es tal que sus cimientos se hunden 50 metros en el subsuelo, soportando condiciones extremas de calor y viento.
Torre verde en las alturas
La Shanghai Tower no sólo es el segundo edificio más alto del mundo, sino que incorpora 270 turbinas eólicas verticales, una fachada de doble piel para conservar energía y sistemas de recolección de agua de lluvia.

Su diseño en espiral no sólo es estético, sino una estrategia de ingeniería que ahorra $58 millones de dólares en materiales.
Un bosque en el cielo
El Bosco Verticale, en Milán, alberga más de 711 árboles, 5,000 arbustos y un total de 15,000 plantas distribuidas en sus balcones. Esta vegetación absorbe CO₂, produce oxígeno y actúa como aislante acústico y térmico.
El proyecto ha inspirado la creación de diversas réplicas, en ciudades como París, Toronto y Nanjing, por mencionar algunas.

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