Nuevo León

Conozca al doctor regio que le dio vida a Hannibal Lecter

A 30 años del lanzamiento en libro y 27 en la pantalla grande, le relatamos cómo se dio el encuentro de Thomas Harris con la persona que lo inspiró a crear a uno de los personajes de El silencio de los inocentes


  • 06
  • Agosto
    2018

Monterrey es una Ciudad que se ha proyectado en varias ocasiones a través de la gran pantalla.

Películas como “Pistoleros Famosos” y “Cazador de Asesinos”, en los años 80; o “Inspiración”, en 2001; y “7 días”, en 2005, son algunos ejemplos de historias ficticias que se han filmado en tierras regias; sin embargo ¿Sabías que un regiomontano fue la inspiración para crear a uno de los personajes más temidos del cine de Hollywood?

Thomas Harris, autor de la novela “El Silencio de los inocentes”, publicada en 1988 y relanzada en 2013 con motivo de su aniversario 25, reveló en ésta última edición la historia que lo inspiró para crear a Hannibal Lecter; uno de los mayores villanos de ficción en la historia de la literatura y del cine, tras la proyección del filme homónimo en 1991.

Corría el año de 1963, cuando Harris, que trabajaba para la revista Argosy, viajó a Monterrey para entrevistar a Dykes Askew Simmons, un estadounidense que estaba recluido en el Penal del Topo Chico, condenado a pena de muerte por un triple homicidio.

En ese sitio, el periodista conoció al “Dr. Salazar” -nombre utilizado para cuidar su verdadera identidad-, un hombre que había salvado la vida de Simmons, quien resultó herido de bala cuando intentó fugarse de la cárcel.

Harris platicó con el doctor sobre cómo salvó al reo, sin embargo, la conversación tomó otro giro cuando “Salazar” comenzó a realizarle preguntas sobre el aspecto desfigurado de Simmons, la naturaleza del tormento y de las víctimas del asesino.

Harris describe al médico como un hombre pequeño, ágil, de pelo oscuro, y con una elegancia para entablar una conversación. Una persona “encantadora”, reseñan algunas personas.

Cuando el escritor cuestionó al director del reclusorio sobre el tiempo que “Salazar” había trabajado en el lugar, se llevó una sorpresa.

“¿No sabes quién es? El doctor es un asesino. Como cirujano, podría empaquetar a su víctima en una caja pequeña. Nunca dejará este lugar. Es un demente”, contestó el director del reclusorio.

Archivos periodísticos de la época relatan lo hecho por el “Dr. Salazar”, cuyo nombre real es Alfredo Ballí Treviño, quien en 1959 mató a Jesús Castillo Rangel, en su consultorio ubicado en la calle Artículo 123, de la colonia Talleres.

Según los reportes, el jueves 8 de octubre del mencionado año, tras una fuerte discusión, Ballí, de 28 años en ese entonces, aplicó pentotal sódico al joven, de 20; lo desangró, descuartizó y sepultó sus restos en una zona de Guadalupe.

Tras realizar su macabro acto, Ballí colocó los restos en una caja de cartón y los puso en la cajuela de su camioneta para llevarlos al Rancho La Noria, un lugar cercano a lo que actualmente es el Puente Chapultepec, siendo enterrados en ese lugar.

Pasaron solo unos días para que los restos fueran localizados por la policía y el doctor fuera detenido.

De acuerdo con las investigaciones, Ballí confesó con “aire de jactancia que jamás tocó hueso en sus cortes”. 

Hasta ese entonces, nadie recordaba un crimen de esa magnitud en México.

Debido a su crimen, en febrero de 1960, Alfredo Ballí fue sentenciado a muerte; un castigo histórico, ya que fue la última persona en el país en recibir ese tipo de condena. Sin embargo, la pena se conmutó por 20 años de prisión.

Tras dejar la cárcel, el doctor pasó el resto de su vida residiendo en la misma colonia donde ocurrió todo, superó su oscuro pasado atendiendo a personas de la tercera edad que buscaban sus servicios. Alfredo Ballí Treviño falleció en el año 2009.

Thomas Harris resalta que si bien, Ballí no es exactamente Hannibal Lecter, la elegancia y el estilo que empleaba el doctor, demostrado en aquella entrevista en el penal y la forma en que narró su propio crimen ante las autoridades, fue la que lo inspiró para la creación de este personaje.

A 30 años de la publicación de “El silencio de los inocentes”, el personaje se mantiene como uno de los más temidos, en especial luego de la incursión de la historia en el cine, cuyo personaje principal fue interpretado de manera magistral por Anthony Hopkins, quien ganó el Óscar a Mejor Actor en 1991.




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