Regresan clases en la UANL bajo capa de contaminación de Ternium

Este lunes, aproximadamente 120,000 alumnos, maestros y personal administrativo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en Ciudad Universitaria, regresan a clases, pero también a respirar las sustancias tóxicas que salen de los hornos y los patios de la acerera Ternium que está en frente. 

Y es que con el arranque del nuevo semestre, vuelve la exposición de quienes van a ese campus a contaminantes como dióxido de carbono, cadmio, plomo y óxidos de hierro que se convierten en partículas PM10 y PM2.5.

Los datos más recientes arrojan que esta empresa es la segunda compañía privada más contaminante con CO2 de acuerdo con el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC) de la Semarnat, que reveló que emitió más de 413 millones 588,396.87 de CO2 en un solo año, convirtiéndose en la empresa no energética con mayor emisión de este contaminante.

Durante el 2020, también con datos de RETC, tan solo la planta de Ternium en Apodaca emitió entre polvos respirables, vapores o humos 78 kilos de plomo y 1.3 de cadmio. 

Se estima que a Ciudad Universitaria asisten diariamente más de 100,000 personas que van a estudiar o a actividades deportivas y administrativas. 

Expertos ambientalistas sostienen que “a estas alturas del partido” ya resulta increíble que esa planta no se haya marchado a un sitio donde no dañe la salud de estudiantes y quienes habitan en los alrededores.

Y es que la Planta Guerrero de Ternium está frente a la rectoría universitaria, 11 facultades, 15 centros de investigación y bibliotecas y los estadios de Tigres y el Gaspar Mass, así como el Centro Acuático Olímpico Universitario.

A ese conglomerado asisten diariamente, en promedio, y según datos oficiales de la institución, más de 100,000 personas, que son casi la mitad de los 230,000 alumnos y mentores que tiene en total la UANL.

Expertos en neumología sostienen que, si bien no están ahí las 24 horas como pudiera ser un vecino de la colonia Cuauhtémoc o Garza Cantú, que es donde está la planta, ellos también se exponen a respirar de manera prolongada las sustancias que emiten los hornos y patios de la siderúrgica que está en las avenidas Nogalar y Universidad, en San Nicolás.

Alumnos entrevistados por El Horizonte manifestaron su preocupación por “fumar” diariamente los contaminantes que emite la empresa, como el dióxido de carbono (CO2) y el plomo y cadmio, entre otros. 

“La exposición a estas partículas ocurre durante los años que dura una carrera universitaria, y los efectos son acumulativos”, dijo un experto que pidió no ser citado.

La ambientalista Ivonne Bustos dijo que Ternium quedó en el “corazón” de la ciudad, por lo que ya es incompatible con el giro habitacional y educativo, por lo que ya debe ser reubicada por las autoridades ambientales del estado y la federación. 

“La planta que está ahí de Ternium, que es una planta que lleva muchos años, pues hemos visto que hay emisiones, algunas que pareciera que están fuera de norma, porque los mismos alumnos dan cuenta de que hay emisiones de algún tipo de vapor o está muy blanquecino“.

“Hay también emisiones que son de este color cobrizo y, bueno, pues siempre es un riesgo para la población”, señaló.

El pasado 4 de junio, El Horizonte dio a conocer que Ternium ha dejado una profunda huella de contaminación en su entorno, “manchando” con óxidos la infraestructura vecina como viviendas, puentes, anuncios viales, entre otros.

Pero además de salir de sus chimeneas sustancias químicas, de sus patios también sale óxido ferroso que mancha con una película rojiza todo lo que está a su alrededor.

Esta situación afecta no solo a quienes estudian en la UANL, sino también a los residentes de las colonias cercanas, quienes conviven a diario con aire de baja calidad y con riesgo para su salud.

Las autoridades de salud han documentado que la exposición prolongada al óxido ferroso puede causar siderosis pulmonar, una enfermedad pulmonar irreversible que provoca dificultad para respirar y cambios en el tejido pulmonar.

A pesar de su papel fundamental en la formación de más de la mitad del estudiantado universitario de Nuevo León, la UANL continúa ubicada en una zona con altos niveles de contaminación industrial, lo que plantea una dura realidad para quienes buscan superarse académicamente en este campus: lo hacen a costa de su salud.

Mancha instalaciones de la UANL

Pero así como deteriora la salud, el óxido ferroso de Ternium también daña lo que está a su alrededor, como las instalaciones de la misma rectoría, el estadio de Tigres, los barandales de Ciudad Universitaria y el equipamiento.

Fuentes indicaron que frecuentemente se tiene que estar pintando las instalaciones porque el óxido de Ternium las daña.

Alumnos truenan vs polvos de Ternium

Los alumnos indicaron que para ellos el efecto de la contaminación es doble porque, aparte de la mala calidad del aire de la ciudad, tienen que enfrentarse a las altas concentraciones de la empresa acerera.

Algunos dijeron que han visto deteriorada su salud.

“Principalmente problemas nasales que causa eso; sí se ha sabido que, teniendo a Ternium al lado, hace tiempo igual, por ejemplo, aquí a mi acompañante le había sangrado de la nariz por causa de ese mismo óxido que genera la empresa”, comentó Alexis.

“Yo digo que ya nos estamos dañando los estudiantes con el hecho de nada más estar viniendo aquí, o sea, con el tenerlo al lado, se puede ver con el mismo clima cómo está el ambiente todos los días; a veces sí se puede ver el centro desde acá arriba en el metro y otras veces no”, argumentó Karla.

“Estoy en otro campus, pero cuando vengo para acá, sí se nota la diferencia de que aquí está Ternium y otras empresas, entonces sí veo la diferencia al respirar o simplemente en el aire, sí se nota”, sentenció María.

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