La reina de la vitamina A
Por su contenido nutricional, las zanahorias ayudan a la formación y al mantenimiento de dientes, tejidos blandos y óseos, membranas mucosas y piel sana
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Diciembre
2020
Desde el punto de vista nutritivo, la característica principal de las zanahorias es su elevado contenido en vitamina A o betacaroteno, indispensable para el crecimiento de los niños, se utiliza en el desarrollo y el buen funcionamiento de la estructura ósea.
También favorece la resistencia a las infecciones y la formación de los dientes. Protege el tejido epitelial y las mucosas de la nariz, la boca, los ojos, las orejas, los pulmones y el tracto digestivo y urinario. Además, su presencia protege del cáncer y de los daños originados por los radicales libres, causantes del envejecimiento prematuro. También favorece el crecimiento del cabello y las uñas.
Tiene un papel básico a la hora de producir la proteína que permite percibir luces de baja intensidad, por lo que la vista, sobre todo la nocturna, es una de los mayores beneficiados. También ayuda a combatir las cataratas.
Cuando consumas zanahorias es muy importante no olvidar que la vitamina A es liposoluble, es decir, que sólo puede ser absorbida por el organismo en presencia de grasas. Por eso es aconsejable tomarlas en compañía de alimentos con cierto contenido en lípidos como pescado, carne, queso, huevos o condimentada con un poco de aceite de oliva.
También es rica en vitaminas B1, B2 y C y minerales como potasio, sodio, calcio y fósforo, ayudan a prevenir las enfermedades coronarias y la apoplejía. Constituyen un laxante suave, por su contenido
en fibra y agua. Contienen pectato de calcio, un tipo de fibra capaz de reducir el colesterol; investigaciones recientes afirman que con dos zanahorias diarias se pude reducir hasta un 20% el nivel de colesterol en la sangre.
Ligeras y saludables
Las zanahorias son muy bajas en calorías, solamente 27 calorías por cada 100 gramos. Aquí te compartimos algunos beneficios si decides consumirlas crudas o cocidas
*Cruda: Los ejemplares más tiernos son perfectos para rasparlos un poco, lavarlos bien y disfrutarlas tal cual, cortadas en bastoncitos, ralladas, en ensaladas, postres o incluso encurtidas. Si son algo viejas, es conveniente pelarlas e incluso quitarles la parte lechosa y dura que tiene en el centro.
*Cocida: De esta manera podemos incluirlas en cremas, flanes de verduras, rellenos, sopas, guisos, ensaladas... Las zanahorias deben cocerse en la mínima cantidad de agua posible, porque de este modo se producirá una menor pérdida de nutrientes.
*No conviene pelarlas ya que su piel es fina y justo debajo se concentran muchos nutrientes; lo mejor es rasparlas con un cuchillo. Si son grandes, una vez raspadas, cortarlas en cuartos, en sentido longitudinal o en rodajas. Se lavan bien y se disponen en una cacerola con agua fría, que apenas las cubra, y se llevan a ebullición. Se dejan cocer a fuego lento, tapadas, durante unos 10 minutos, comprobando si están en su punto con la punta de un cuchillo. Se cuelan y se refrescan con agua fría. Podemos utilizar el caldo de cocción para enriquecer salsas o guisos.
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