Le quedan a NL tres años de energía eléctrica... ¡o menos!
Nuevo León tiene solo 12% de reserva eléctrica y para 2028 podría no haber margen si no se amplía la red, advierten expertos y el Cenace
- 30
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Junio
2025
A Nuevo León le quedan tan solo tres años “de pila” en energía eléctrica.
Y es que al estado apenas le queda un 12% de margen entre la electricidad que se genera y la que se consume. En todo el noreste, ese margen es del 25%, según fuentes del sector y del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).
Pero el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) proyecta que para 2028 ya no existirá ningún margen, pues la demanda habrá superado la capacidad de generación y transmisión, si es que no se amplía la infraestructura antes de esa fecha.
Ante esto, expertos advierten que el estado y la región enfrentarían apagones en todos los sectores, por lo que llaman a encender los focos de alarma.
De hecho, Nuevo León ya se encuentra en un rango preocupante, pues se considera nivel crítico tener márgenes de reserva entre el 6% y el 11%.
La situación es apremiante, advierten voces del sector, porque en los últimos seis años no se amplió la capacidad de generación ni de transmisión de energía eléctrica.
Para Nuevo León es especialmente retador, porque ya consume la mitad de toda la demanda del noreste y, con la llegada de más empresas a causa del nearshoring, ese consumo se disparará.
De acuerdo con fuentes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el estado, en Nuevo León se generan 6,000 megawatts por hora (MW/h) y se consumen hasta 5,300 MW/h, por lo que la reserva es de solo 12%.
En tanto, el Cenace indica que actualmente, en el noreste mexicano, existe una capacidad de generación de electricidad de 13,492 megawatts (MW) y un consumo promedio de 10,236 MW, lo que deja una reserva del 25%.
Los 5,300 MW/h que consume Nuevo León representan el 40% de toda la demanda del noreste.
El Prodesen proyecta que para 2028 la demanda máxima en esta región llegará a alrededor de 12,607 MW, lo que implicaría un aumento de aproximadamente 3,300 MW.
Esto significa que, si el sistema operado por la paraestatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) no se moderniza o amplía, dentro de tres años ya no habría margen alguno, lo que derivaría en apagones masivos.
Eduardo Sánchez, experto y consultor privado en energías renovables, dijo que el sistema eléctrico de Nuevo León está “prendido con alfileres” y enfrenta un reto descomunal para hacer frente a la creciente demanda energética por la llegada de nuevas empresas.
Explicó que esto se debe a un rezago en la infraestructura derivado de la falta de inversión, principalmente durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
“Fueron seis años de ya ni siquiera incertidumbre, sino de inacción. Tanto la inversión que se tuvo que haber hecho en infraestructura —tanto de transmisión como de distribución— debió haberse desarrollado al ritmo del crecimiento de la demanda”, comentó.
La demanda se duplicará en 2040
“De aquí a 2040, el consumo —al menos para la zona metropolitana de Monterrey— se va a duplicar. Estamos hablando de 15 años. Para quienes aún piensan que los años 80 fueron hace 20 años, 2040 está a la vuelta de la esquina”, advirtió Sánchez.
“¿Qué significa esto? Que se van a requerir más de mil kilómetros de nuevas líneas de transmisión”, añadió.
Mínimo mantenimiento
Sánchez afirmó que dicha inacción por parte del gobierno federal actualmente “ahoga” el crecimiento industrial y urbano del país. Sin embargo, sostuvo que incluso este escenario podría mitigarse si se le diera, al menos, mantenimiento a la red actual.
“No necesariamente hay que construir nuevas líneas de transmisión. Las ya existentes se pueden recalibrar: cambiar el cableado actual permitiría hasta un 50% más de capacidad de conducción, ya que la actual ha disminuido por antigüedad o degradación”, explicó.
Dado que Nuevo León está en el foco del reposicionamiento de empresas por el fenómeno del nearshoring, la entidad se convierte en una “bomba de tiempo” en términos de transmisión eléctrica, alertó.
Sánchez señaló que existe un enfoque erróneo en la inversión del rubro energético, pues se ha priorizado el aumento en la generación eléctrica sin atender la escasez de infraestructura de transmisión y distribución.
“Los proyectos que se están desarrollando responden a una mayor demanda, entonces se piensa que se necesita más generación. Pero eso no basta sin la infraestructura para mover y bajar esa energía”, advirtió.
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