Pasan más de 12 horas varados tras accidente en el Libramiento
Tras el accidente en el Libramiento Norponiente de Ramos Arizpe, cientos de conductores de carga quedaron atrapados durante más de 12 horas
- 30
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Julio
2025
Tras el accidente que cobró la vida de dos personas en el Libramiento Norponiente de Ramos Arizpe, cientos de conductores de carga quedaron atrapados durante más de 12 horas en medio de la vía, sin comida, sin asistencia oficial y con temperaturas extremas.
El choque frontal entre dos doble remolques —uno con hidrocarburos y otro con placas de concreto— paralizó por completo el tráfico desde la noche del martes. Algunos choferes, como Marco Antonio Ávila, quedaron detenidos desde las 10:30 de la noche y permanecieron sin movimiento hasta la mañana siguiente, sin información clara sobre cuánto tiempo más permanecerían ahí.
Quienes transportaban mercancía pesada, como automóviles o productos industriales, aseguraron que estos incidentes generan pérdidas logísticas importantes y los obligan a reprogramar entregas sin recibir apoyo o coordinación de ninguna autoridad.

El conductor José Aguilar, proveniente de Monterrey y con destino a Gómez Palacio, explicó que una jornada así implica quedarse sin alimentos, sin servicios y con incertidumbre, pues nadie se acerca a ofrecer ayuda ni a informarles oficialmente cuándo será reabierta la vialidad.
Otros como Alfredo López, que viajaba de Laredo a Zacatecas, señalaron que el tramo del Libramiento Norponiente es frecuentemente peligroso por la falta de vigilancia vial, carencia de acotamientos seguros y la ausencia de agentes de la Guardia Nacional en momentos clave. Algunos pidieron que los mandos de seguridad se hagan presentes para poner orden, ya que —según ellos— los accidentes continúan por malas prácticas entre choferes y una vialidad mal vigilada.

Los conductores coincidieron en que, además de los retrasos, el impacto emocional y físico de quedarse varados durante más de 12 horas sin apoyo, genera un ambiente tenso y riesgoso. En muchos casos, tuvieron que permanecer despiertos toda la noche para evitar robos o simplemente para esperar indicaciones que no llegaron.
Pese a la magnitud del accidente, ninguna dependencia se acercó para ofrecer agua, alimentos o atención médica básica. Las quejas también se centraron en la falta de comunicación oficial, ya que muchos se enteraban del avance del siniestro solo por redes sociales o por lo que decían otros conductores.
El tramo fue reabierto hasta la mañana del miércoles, pero el desgaste para los operadores fue evidente: algunos seguían con trayectos de hasta seis horas pendientes y sin posibilidad de detenerse a descansar.
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