¡No te intoxiques en Navidad!

Debemos de cuidar lo que consumimos entre posadas y la cena de Navidad, ya que existe un alto riesgo de intoxicación. Aunque estas fechas son para convivir en familia y amigos, la falta de cuidado con las comidas pueden echar a perder la fiesta. Para evitar el crecimiento de bacterias, virus y parásitos es importante tomar en cuenta la manipulación, preparación o conservación de los alimentos.

HIGIENE

Una mala manipulación de los alimentos durante la preparación de los mismos puede ser el detonante para adquirir una intoxicación, por tal motivo se sugiere lavarse las manos con agua y jabón antes y después de cocinar, hacer uso de utensilios desinfectados, procurar que el recipiente de basura esté con tapa y mantener alejados de la comida los productos de limpieza.

LAVA LAS FRUTAS Y VERDURAS

Desde que se recolectan hasta que pasan por el mercado y llegan a nuestra mesa, recogen una amplia variedad de gérmenes que, muchas veces, provocan enfermedades. Por esta razón, antes de ingerirlos o añadirlos en distintas recetas, se deben lavar y desinfectar bien. Prepara una solución de agua con vinagre y lava bien las frutas y vegetales.

EVITA LAS SOBRAS

Se dice que siempre es mejor que sobre a que falte, pero para evitar algún malestar estomacal, lo mejor es tratar de evitar que sobre demasiada comida. En dado caso de cocinar grandes cantidades, toma en cuenta que se debe de congelar y reutilizar en un plazo máximo de 48 a 72 horas y las sobras no se deben de recalentar más de una vez.

LIMITA LOS MARISCOS

A pesar de ser para muchos un platillo favorito, este alimento perecedero tiene un alto riesgo de contaminación. Por eso se recomienda comprar el pescado o marisco en establecimientos que cumplan las reglas de higiene y manipulación. Además de procurar cocinarlos en el menor tiempo posible y evitar que queden partes crudas.

REFRIGÉRALOS

Desde los 4 hasta los 65 grados centígrados existe peligro, ya que en este rango los microorganismos tiene el ambiente perfecto para proliferarse con gran rapidez. Por debajo de los 4 grados los microbios no se multiplican, pero permanecen vivos. Es decir que, al descongelar el alimento, conforme aumenta la temperatura también se incrementará el número de gérmenes.

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