Guatemala protege el pinabete con plantaciones navideñas
La finca Billeben Nature cultiva pinabetes de manera sostenible, combinando la tradición navideña con la conservación de esta especie amenazada en Guatemala
- 09
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Diciembre
2025
Una plantación de pinabete (Abies guatemalensis) demuestra cómo la tradición navideña de adornar con este árbol los hogares en Guatemala puede coexistir con la conservación de esta especie endémica de Mesoamérica y amenazada.
La finca Billeben Nature, ubicada a unos 36 kilómetros al este de la capital guatemalteca, es la primera plantación registrada de pinabete en el departamento de Guatemala.
Iniciado hace más de 18 años, el proyecto ha demostrado que esta conífera se adapta bien a la zona.
“Iniciamos con el propósito de ver si el pinabete se daba en esta zona, y efectivamente, se fue dando”, dijo José Francisco Billeb, dueño del lugar.
La buena adaptación de la especie, distribuyéndose desde el sur de México hasta algunas zonas de Guatemala, El Salvador y Honduras, animó a Billeb a continuar el proyecto para lograr un corte cíclico y sostenible.
El proceso es extenso, ya que los árboles requieren entre 10 y 11 años para alcanzar el tamaño y la forma triangular ideales para su uso navideño. Para la temporada actual, la plantación dispuso de unos 200 ejemplares para la venta.
El pinabete es la elección predilecta para la decoración navideña por su color verde intenso y el característico aroma que desprende al secarse.
De acuerdo con Eric Alvarado, técnico en manejo de bosques del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), el pinabete crece en las regiones montañosas del país, entre los 2,400 y 3,200 metros sobre el nivel del mar.
Además de su valor estético, este árbol, que puede llegar a los 50 metros de altura, es vital para el ecosistema, ya que ayuda a mitigar el cambio climático al absorber dióxido de carbono y proteger el suelo de la erosión.
La especie está en peligro de extinción y se encuentra en el Apéndice I de la CITES desde 1979, según el CONAP.
Esto implica que está prohibido su comercio internacional salvo excepciones limitadas.
Una de las peculiaridades del pinabete es su baja tasa de regeneración: sus semillas son bianuales (producen cada dos años), aunque el cambio climático ha extendido este ciclo a tres o incluso cuatro años. Y de cada 100 sembradas, solo 10 logran germinar.
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