Farrell, excapellán de la UDEM, lidera el Vaticano temporalmente

Con la muerte del papa Francisco a los 88 años, la Iglesia católica entra en un periodo conocido como sede vacante. En este lapso, la máxima autoridad en la administración vaticana es el camarlengo, un papel actualmente en manos del cardenal Kevin Joseph Farrell, quien asumió esta responsabilidad en 2019, designado por el propio pontífice fallecido.

Nacido en Dublín, Irlanda, el 2 de septiembre de 1947, Farrell cuenta con una sólida formación teológica y administrativa. Inició su vocación religiosa en los Legionarios de Cristo, congregación que abandonó tras ejercer algunos encargos.

Se formó en universidades como la Pontificia Gregoriana y Santo Tomás de Aquino, ambas en Roma, y más tarde realizó una Maestría en Administración de Negocios en Estados Unidos.

Del trabajo pastoral en México al liderazgo en EUA

Farrell fue ordenado sacerdote en 1978 y comenzó su ministerio en México, con una etapa destacada como capellán en la Universidad de Monterrey, donde promovió la bioética y la ética social.

En 2001, fue nombrado obispo auxiliar de Washington y, en 2007, obispo de Dallas, donde se consolidó como una figura clave en la Iglesia estadounidense.

Durante su tiempo en EUA, ocupó cargos como tesorero y presidente de la comisión de Finanzas en la Conferencia Episcopal, además de ser consultor en temas migratorios.

En 2016, fue llamado a Roma para encabezar el recién creado Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, desde donde ha trabajado en temas clave para la Iglesia contemporánea.

Fue creado cardenal por el papa Francisco en 2016, y desde entonces ha sumado responsabilidades de alto perfil, como presidente del Comité de Inversiones de la Santa Sede y administrador único del Fondo de Pensiones vaticano.

El rol del camarlengo: custodio temporal del Vaticano

Tras la muerte de un papa, el camarlengo es el encargado de certificar oficialmente el fallecimiento, supervisar el sellado de los apartamentos pontificios y coordinar el traslado del cuerpo a la Basílica de San Pedro. Farrell ya ha cumplido estos ritos fundamentales en los primeros días de la sede vacante.

Además, deberá supervisar todo el proceso que rodea al próximo cónclave, incluyendo la seguridad y el secreto absoluto de las deliberaciones en la Capilla Sixtina.

También tiene bajo su responsabilidad la administración de los bienes temporales del Vaticano, aunque en la actualidad este periodo suele ser breve.

Farrell es hermano del obispo emérito Brian Farrell, también miembro de la Curia Romana. Su experiencia, discreción y fidelidad a la doctrina lo colocan como una figura clave en esta transición histórica que prepara la llegada del nuevo papa.

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