Abre paso a lo nuevo
Estamos iniciando un año y es inevitable hacer un recuento de todos nuestros logros y aquellas metas o propósitos que abandonamos a mediados del año pasado
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Enero
2020
La revisión nos ayuda a proponernos otros objetivos y a retomar los ya planteados, ahora sí, con el firme propósito de alcanzarlos. Sin embargo, siempre queda la duda que durante el año podremos perder de vista esas metas y cumplir (si bien nos va) solo uno o dos de los propósitos que nos planteamos.
Una de las formas de no dejar de lado nuestros sueños es fraccionar los pasos que nos acercarán a ellos, pues a veces los vemos como imposibles o muy lejanos, llegando a pensar que lograr estar en nuestro peso ideal, tener esa casa, ese trabajo o la paz interna llegarán “algún día” de forma mágica. Entonces nos refugiamos en la fantasía, olvidándonos que alcanzar esos sueños depende de nosotros mismos. ¿Qué es lo que sucede?, ¿por qué si sabemos bien lo que queremos, nos cansamos de luchar por ello? La principal razón es porque estamos acostumbrados a vivir en nuestra zona de confort, la cual, con el paso del tiempo, no siempre es la más confortable. Nos falta dejar de lado el placer inmediato, mejor llamado instantáneo, por el beneficio a largo plazo.
Por ejemplo, amanecemos un día decididos a ahorrar para emprender, pero cada vez que voy al centro comercial se me antoja comprarme algo nuevo y lo cargo a mi tarjeta de crédito, lo cual me impide liberarme de mis deudas financieras y esto me aleja cada vez más de que algún día pueda invertir en mi propia empresa, pues el endeudamiento me obliga a continuar en un trabajo que ya no me apasiona para solventar esos gastos, ¿te identificas?
Así como este ejemplo podríamos citar muchos. Estas actitudes, a veces llegamos a confundirlas con actos de autoestima, porque creemos que son formas de consentirnos, que nos merecemos gastar en eso, hacer, comer o gastar nuestro tiempo en eso que creemos “nos merecemos” y en el momento, nos sentimos bien, pero en realidad es un sabotaje contra nosotros mismos. Realmente nos merecemos estar cada vez más cerca de lo que deseamos.
Una de las formas en las que podemos trabajar en nuestros propósitos es tener un ‘coach’ de vida que nos acompañe en alcanzar nuestras metas y que trabaje con nosotros sin quedarnos en el camino. Por otro lado, antes de tomar cualquier tipo de decisión, es importante que busquemos hacernos preguntas “poderosas” y ser sinceros con nosotros mismos. Por eso, he aquí algunas preguntas que quiero recomendar que te hagas durante el año:
• ¿Me estoy alineando con mis metas o con mis excusas?
• ¿Lo que estoy haciendo es solo por complacer a alguien más?
• ¿Hice algo hoy por alcanzar mi meta?
• ¿Esta decisión me está llevando a vivir un mejor futuro?
• ¿Me aportará esta decisión una satisfacción a largo plazo?
• ¿Cómo me veo dentro de 5 o 10 años si sigo haciendo lo mismo?
Podríamos formular muchas preguntas más, pero te invito especialmente a que te visualices al final del año, al haber logrado esas metas y pregúntate: ¿Qué sientes?, ¿cómo te ves?, ¿con quién estás compartiendo tus logros?, ¿qué estás haciendo al haberlos alcanzado? Estas preguntas te llevarán también a darte cuenta si esas son las metas que te conviene plantearte. Si te das cuenta que sí es lo que quieres lograr, visualízate alcanzando esos logros, ya que esto será tu principal motor para dejar de lado esos placeres pasajeros que te sabotean e impiden llegar a vivir la vida que quieres. Así que decídete a dejar los viejos patrones que te mantienen estancado, deja atrás lo que te estorba para avanzar y de una vez por todas abre paso a lo nuevo.
Por: Dinorah Delgado
Coach, asesora de imagen y conferencista
Instagram: @dinorahcoach
Facebook: @dinorahdelgado.coach
Twitter: @dinorah_delgado
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