Lubricante íntimo, ¿aliado?
El uso de lubricante en las relaciones sexuales puede ser un método para facilitar la penetración y propiciar un orgasmo más placentero. ¿Cuál es el mejor?
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Julio
2020
Los lubricantes sexuales son empleados como herramienta para que la vagina o el ano se humecten y consigan mayor suavidad al momento de la penetración y lograr un encuentro sexual totalmente placentero. Éstos geles pueden ser utilizados como recurso cuando la lubricación natural no es óptima por una u otra razón, pero también dan pie a que se de mucho juego y gozar de los beneficios, tanto en soledad como acompañado.
Muchos especialistas sugieren que el uso del lubricante debe ser imprescindible cuando se emplea un preservativo, que si bien dependiendo de la marca puede llevar cierto grado de lubricación, en general evita que el condón se rompa y previene enfermedades de transmisión sexual y embarazos no planeados. Incluso la Organización Mundial de la Salud señala que preservativo y lubricante deben entenderse como complementarios.
¿Cuál elegir?
La industria ofrece un amplio abanico de opciones cuando de lubricantes se trata; desde los hechos de silicona o de base acuosa, con efecto de frío o calor, hasta retardantes y saborizados. El fin último es el mismo en todos los casos, responden a la misma necesidad, pero las variables dependerán del gusto particular y la experiencia que se busque lograr.
Por ejemplo, para relaciones sexuales en agua o sexo anal, se sugiere el uso de lubricantes de silicona debido a su densidad; mientras que cuando la sequedad o ardor son una constante en el usuario, los de aceite responden de mejor manera al ser duraderos, a diferencia de los de agua que deben reaplicarse constantemente pero que son más llevaderos con juguetes sexuales.
Aplícalo
La aplicación del lubricante debe ser de manera manual sobre la zona que será penetrada, o bien sobre el objeto que penetrará, ya sea el pene (con o sin condón), dedos o juguetes sexuales. La cantidad empleada debe ser poca y sólo la suficiente para llevar a cabo el acto, evitando excesos que pueden llegar a ser incómodos durante la relación o masturbación.
Además de la penetración, los lubricantes pueden servir para masajes eróticos, juegos o si son comestibles, para el sexo oral.
Métodos caseros
Comunmente se confunde el gel lubricante con productos para hidratar la piel, sin embargo nada más alejado de la realidad: hay personas que recurren a cremas o aceite de bebé para suplir al gel, pero esta práctica no se recomenda en absoluto, pues puede tener repercusiones cutáneas severas o dañar el preservativo.
Además, otros productos que suelen estar al alcance en casa también suelen ser erróneamente empleados para los actos sexuales: aceite de palma o coco, aceite de cocina, bronceadores, vaselina son ejemplos de lo que la misma OMS pide descartar como lubricantes íntimos.
Otras consideraciones
Es importante que el usuario esté advertido sobre antecedentes clínicos o de problemas cutáneos previos para evitar contraindicaciones, por lo que de existir este tipo de precedentes o dudas, lo recomendable es acercarse a un experto para identificar cada caso particular, pues factores como el pH o el propilenglicol pueden causar alguna reacción no deseada.
Los lubricantes sexuales son una herramienta y como tal, con la debida precaución, pueden ser utilizados para alcanzar un mayor placer y sólo la imaginación es el limitante.
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