Wabi-sabi; La belleza de la imperfección

El término “wabi” se refiere a la armonía, paz y tranquilidad, mientras “sabi” es la progresión natural del tiempo, la decadencia, degradación y el brillo apagado de lo que una vez fue esplendoroso.

Si deseas adoptar el estilo de decoración japonesa Wabi-sabi tienes que interpretarlo también como un estado de ánimo para crear ciertas atmósferas. Es una manera de vivir y percibir el mundo, es eliminar cosas innecesarias y dejar lo esencial.

Fue en el 2014 cuando el arquitecto Axel Vervoordt manejó este concepto en el diseño de las habitaciones del Greenwich Hotel Tribeca en Nueva York, propiedad del actor Robert de Niro. Este concepto está inspirado en la naturaleza, entender que la belleza es efímera, y se celebran las grietas, óxidos, manchas y hendiduras de los objetos, así como todas las otras marcas que el tiempo, el clima y el uso han dejado.

El Wabi-sabi nos hace reflexionar que todos somos pasajeros, que nuestros cuerpos y el mundo material que nos rodea está en proceso de retornar al polvo de donde venimos y la importancia de valorar ese proceso de desgaste natural.

Al ser un concepto japonés que conecta con el minimalismo se aconseja concentrarse en lo esencial y no llenar el espacio con objetos superfluos.

Una de las características principales de este estilo es la paleta de colores, ya que comprende colores oscuros marrones, negros, grises y verdes cenizos; así como iluminación controlada y, en lo que a materiales se refiere, podemos encontrar lino, mimbre, cerámica, madera y piedra.

El punto de partida para cultivar la belleza es apreciar y valorar el proceso de envejecimiento de lo material y de nosotros mismos.

Por: Mayté Rendón

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