Cumbre Trump-Putin: sin tregua, pero con una relación mejorada
El encuentro concluyó sin alto al fuego, pero con un giro en la estrategia de Trump hacia un pacto de paz más amplio, visto como triunfo simbólico de Putin
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Agosto
2025
El encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, celebrado en la base militar Elmendorf–Richardson, concluyó sin un alto el fuego para Ucrania, pero marcó un cambio en el enfoque diplomático estadounidense.
En la reunión Trump abandonó su exigencia de una tregua inmediata pero propone avanzar en un acuerdo de paz más amplio, una postura que coincide con la preferencia rusa.
En un encuentro donde ambos mandatarios dejaron clara la buena relación que existe entre ellos, no revelaron exactamente las conclusiones de sus negociaciones pero se mostraron optimistas por el diálogo en el que –algunos opinan- se acordaron temas comerciales y políticos más allá del tema central de Ucrania.
Varios puntos clave emergieron del encuentro:
Trump abandona la tregua inmediata. El presidente estadounidense renunció a exigir un alto el fuego y defendió un pacto de paz más amplio, en línea con la postura rusa.
Putin satisfecho. El Kremlin calificó la cita de “útil y oportuna”, aprovechándola para proyectar a Putin como actor central pese a la ausencia de compromisos concretos.
Territorio en disputa. Trump mostró apertura a la propuesta rusa de consolidar el control en Donetsk y Lugansk y congelar la línea de frente en el sur, lo que Kiev considera inaceptable; sin embargo Rusia está dispuesta a cesar al fuego al recuperar territorio que consideran "robado".
Posturas extranjeras
Esto opinan los expertos internacionales:
Chatham House, la organización independiente de investigación y análisis de políticas internacionales con sede en Londres, sostiene que la cumbre no logró detener la agresión rusa y, por el contrario, la fortaleció. “Trump elogió a Rusia y responsabilizó a Biden por la guerra, lo que contribuye a difundir la narrativa rusa de que Occidente tiene la culpa. Aunque no hubo acuerdos concretos, Putin salió reforzado al recibir menores sanciones inmediatas”, opinó Orysia Lutsevych, la subdirectora del programa.
Financial Times describe la cumbre como una victoria táctica para Putin, quien impuso sus demandas sin concesiones visibles. Trump abandonó su exigencia de un alto al fuego, dejando que Rusia mantenga el impulso militar.
The Washington Post alerta que el apresurado enfoque de Trump para alcanzar un acuerdo sin un alto al fuego favorece a Rusia. El contenido de la negociación queda en manos rusas, lo que pone en riesgo a Ucrania.
The Australian considera que fue un fracaso diplomático para Trump: no hubo acuerdo y Putin emergió como ganador simbólico. Aunque Trump aseguró que Putin admitiría presencia occidental futura, no se concretaron compromisos.
Time critica la tendencia de Trump a priorizar el espectáculo sobre resultados reales, comparándolo con su cumbre con Kim Jong Un, donde brilló la apariencia sin sustancia. Esto erosiona la credibilidad de EUA.
Opinión rusa
Medios estatales y portavoces del Kremlin celebran la cumbre como una clara victoria diplomática para Putin: logró que Trump adoptara sus propuestas, en especial priorizar un “acuerdo de paz” sobre un alto el fuego, dejando intacto el esfuerzo militar ruso.
Se interpreta que Trump ha alineado su discurso con el Kremlin, debilitando la presión sobre Moscú y transfiriendo el peso de hacer concesiones a Ucrania y Europa.
Desde el Kremlin, altos funcionarios como Dmitry Medvedev defienden que la reunión legitima simultáneamente la continuación de la guerra y negocia en pie de igualdad con Estados Unidos. Kirill Dmitriev, jefe del Fondo Ruso de Inversión Directa, valoró las conversaciones como “muy positivas”, enfocadas en encontrar una salida al conflicto.
Voces desde analistas cercanos al gobierno también destacan que Putin logró colocar el tema ucraniano en una mesa bilateral directa con EUA, rompiendo el aislamiento occidental.
Fyodor Lukyanov, editor jefe de Rusia en Asuntos Globales opinó lo siguiente:
"Las analogías siempre son imperfectas, pero la cumbre de Alaska inevitablemente me recordó la primera reunión entre Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan en Ginebra hace casi cuarenta años. No por su contenido —en todo caso, el opuesto—, sino por su estructura. Al igual que entonces, no se llegó a ningún acuerdo, pero el nivel de comunicación cambió drásticamente" dijo el analista ruso.
Trump no obtuvo el bombardeo diplomático que esperaba. Pero la reunión tampoco terminó en una ruptura.
La cumbre también confirmó algo que ya he señalado: Trump está genuinamente interesado en restablecer las relaciones con Moscú.
"Esta vez, el ritmo es más rápido. No se trata de una Guerra Fría; es algo más intenso. No habrá pausas de un año entre cumbres. Veremos seguimientos mucho antes, de un tipo u otro. Los críticos intentarán presentar la reunión de Alaska como una derrota de Trump, argumentando que Putin marcó el ritmo y fijó los términos. Hay algo de cierto en eso. Pero si el objetivo es un resultado sostenible, no hay alternativa a abordar directamente todos los problemas".
En la opinión de Dmitry Novikov, profesor asociado de la Escuela Superior de Economía:
Desde la perspectiva de los intereses rusos, la cumbre de Anchorage puede considerarse un éxito relativo para Moscú. Dos aspectos clave destacan.
Tácticamente, Rusia logró una vez más controlar el ritmo de las negociaciones. El Kremlin calmó la creciente irritación de Trump, marcada por amenazas y tácticas de presión, que había comenzado a crecer peligrosamente. De haber continuado esa escalada, podría haber descarrilado tanto las conversaciones sobre Ucrania como el proceso más amplio de normalización de las relaciones bilaterales. Desde el principio, Moscú abordó ambas vías con deliberación y paciencia, en parte debido a su creciente ventaja en el campo de batalla, y en parte porque la complejidad de los asuntos exige precisamente eso: sin prisas ni simplificaciones excesivas.
Opinión ucraniana
Ucranianos residentes en EUA (diáspora) muestran indignación. Consideran que el encuentro, que no logró ni alto al fuego ni resultados tangibles, fue una oportunidad perdida donde Putin resultó tratado con excesiva deferencia. Denuncian la posibilidad de que Ucrania sea “vendida”, como menciona una figura de la comunidad.
Políticos y figuras públicas ucranianas han expresado un rechazo rotundo a cualquier sugerencia de ceder territorio, especialmente el Donbas — califican la idea como absurda e inaceptable. Destacan que sería una traición que ignora a cientos de miles de personas afectadas.
Una encuesta del Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KIIS) reveló que el 76 % de los ucranianos repudian incluso los “planes de paz” propuestos por Rusia, y el 49 % desconfía también del plan estadounidense si implica reconocer Crimea como rusa.
El presidente Volodymyr Zelensky ha criticado duramente la narrativa difundida por Trump, acusándolo de vivir en un “espacio de desinformación” creado por el Kremlin, y defendió su legitimidad popular (alrededor del 58 %) y el apoyo económico de EUA y la UE.
Conclusión general
La cumbre en Alaska terminó sin acuerdos concretos en el tema central de Ucrania, pero con un cambio manifiesto en la estrategia estadounidense hacia un tratado de paz más ambicioso. Rusia se vio beneficiada en términos simbólicos y diplomáticos ya que parece abrir la posibilidad de una nueva relación con Estados Unidos. El futuro de las negociaciones permanece incierto pero sin duda se abre una nueva estructura geopolítica en el mundo.
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