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Nuevo León

Conoce la historia del árbol de Navidad en México

La tradición del árbol navideño en México surgió en el siglo XIX, influida por el Segundo Imperio y comunidades europeas, hasta integrarse a la cultura nacional


  • 23
  • Diciembre
    2025

La presencia del árbol de Navidad en México es, hoy en día, una tradición fundamental; sin embargo, su origen en territorio nacional no fue un suceso fortuito, sino el resultado de diversas versiones históricas que mezclan la herencia europea con las costumbres religiosas de los siglos XIX y XX.

La versión más difundida vincula esta costumbre con el Segundo Imperio Mexicano (1864-1867). 

Se dice que fueron el emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota quienes introdujeron la tradición. Familiarizados con la simbología europea de vida y esperanza que el árbol representa durante el invierno, la pareja imperial instaló el primer ejemplar del árbol de Navidad en el Castillo de Chapultepec.

Este gesto cautivó de inmediato a la alta sociedad de la época y a las familias cercanas a la corte, quienes comenzaron a replicar la práctica en sus propios hogares, iniciando así una lenta pero constante expansión por la capital.

No obstante, los historiadores señalan que la influencia imperial no fue la única. Otras versiones sugieren que comunidades de inmigrantes alemanes y estadounidenses asentadas en México durante el siglo XIX también desempeñaron un papel crucial al mantener vivas sus tradiciones decembrinas en sus nuevos asentamientos.

Es importante destacar que la adopción del árbol no fue inmediata. Durante décadas, este símbolo convivió —y a veces compitió— con tradiciones profundamente arraigadas desde la época colonial, como la instalación del Nacimiento (pesebre), impulsada por la herencia católica.

Un símbolo consolidado

Con el paso del tiempo, el árbol de Navidad logró integrarse plenamente a la identidad mexicana. En la actualidad, ya sea natural o artificial, decorado con esferas de vidrio soplado, luces multicolores o elementos artesanales locales, el árbol ha dejado de ser una costumbre extranjera para convertirse en un emblema de la Navidad mexicana.

Su evolución es el reflejo de una cultura capaz de adoptar influencias externas y transformarlas en un legado propio que une a las familias cada mes de diciembre.


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