Crece intolerancia a frustración y violencia vecinal
Recordemos que un grupo de mujeres golpeó a otra, cuando participaba en una protesta por la falta de suministro eléctrico en su vivienda
- 02
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Septiembre
2025
El aumento de incidentes en los que vecinos o transeúntes deciden resolver sus diferencias a golpes, ya sea tras un percance vial, un desacuerdo en la vía pública o incluso dentro de fraccionamientos, puede estar relacionado con un fenómeno de creciente intolerancia a la frustración en la sociedad, advirtió la procuradora para la Defensa del Menor y la Mujer en Altamira, Francisca Arteaga Hernández.
El caso más reciente ocurrió este lunes en la zona centro de Altamira, donde un grupo de mujeres golpeó a otra, participante de una protesta que bloqueaba una calle, en reclamo por llevar tres días sin energía eléctrica.

Este hecho, registrado a plena luz del día, se suma a una serie de episodios de violencia vecinal que, según la funcionaria, se han vuelto cada vez más comunes en zonas habitacionales densamente pobladas.
“Vemos que cada vez hay más violencia en colonias y fraccionamientos como Canarios, Arboledas,los Prados, pero también es una situación generalizada.
Lo que nos preocupa es que la población comienza a normalizar la agresión verbal y física como forma de resolver conflictos, cuando en realidad la violencia sólo genera más violencia”, expresó.
La procuradora explicó que entre los factores que influyen en este fenómeno se encuentran el hacinamiento, la falta de control de la ira y el alto nivel de estrés que enfrentan los adultos en su vida cotidiana.
“Necesitamos reconocer que en algún momento requerimos ayuda profesional, y acercarnos a las instituciones que ofrecen contención gratuita; si no aprendemos a manejar la frustración y a buscar soluciones pacíficas, los más afectados serán los menores, quienes incluso replican estas conductas al verlas en redes sociales”.

Desde la Procuraduría de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes del Sistema DIF, subrayó que trabajan en coordinación con instituciones educativas, para llevar programas de prevención a niveles de preescolar, primaria y secundaria, con el objetivo de enseñar desde edades tempranas, valores como la tolerancia, el respeto a la autoridad y el control de las emociones.
“Lo importante es la prevención: establecer reglas, límites y reconocer a los padres como figuras de autoridad”, señaló.
Advirtió que la sociedad enfrenta el reto de una generación joven, que muestra menos tolerancia a la frustración y mayor dificultad para controlar la ira.
“Nos preocupa, pero también nos compromete a innovar y crear acciones que permitan contener estos índices de violencia, porque se trata de construir nuevas formas de convivencia por el bien de las próximas generaciones”, concluyó.
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