Crimen de funcionarios sacude el corazón del gobierno capitalino
Ximena Guzmán y José Muñoz, del equipo de Brugada, fueron ejecutados en Tlalpan. El ataque sacudió al gobierno capitalino y despertó alarma política
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Mayo
2025
La mañana del martes, la violencia irrumpió en el centro mismo del poder de la Ciudad de México. A tan solo unos pasos de la oficina donde despacha la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, se sintió el impacto de una tragedia que hoy enluta a su administración: Ximena Guzmán Cuevas y José Muñoz Vega, dos de sus más cercanos colaboradores, fueron asesinados a balazos en un ataque directo sobre la calzada de Tlalpan, en plena hora pico.
Ximena, su secretaria particular y amiga entrañable, era mucho más que una funcionaria: era su sombra, su cómplice política desde los tiempos en que Brugada gobernaba Iztapalapa. A su lado desde 2008, Ximena fue testigo y pieza clave en cada paso de su ascenso. Era quien manejaba su agenda, quien decidía quién podía verla. Su lealtad era total.
José Muñoz también era parte esencial del círculo de confianza. Asesor brillante, estratega en temas de seguridad, su presencia era constante en los gabinetes más delicados del gobierno local. Lo conocían todos, pero sobre todo, lo escuchaban.

Ambos fueron ejecutados con precisión quirúrgica. No hubo dudas: fue un ataque dirigido. El hecho, sin precedente en la gestión de Brugada, remite inevitablemente al atentado que sufrió en 2020 el entonces secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, en tiempos de Claudia Sheinbaum. En aquella ocasión, se señaló al Cártel Jalisco Nueva Generación. Hoy, el silencio duele más que el estruendo de las balas.
Visiblemente afectada, la jefa de Gobierno habló ante medios con la voz quebrada. “Ximena, una mujer maravillosa, incansable, buena, muy buena. Y a Pepe lo conozco casi de niño, es una de las personas más inteligentes que he conocido y sumamente responsable”, dijo en un breve mensaje desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

El impacto del crimen fue tal, que incluso interrumpió la atención en la conferencia matutina en Palacio Nacional. El secretario de Seguridad federal, García Harfuch, se acercó a la presidenta Claudia Sheinbaum para susurrarle la noticia al oído. Un gesto que anticipaba la gravedad de lo ocurrido.
Este miércoles, el gobierno de la capital está de luto. No solo por la pérdida humana, sino porque el crimen tocó a sus puertas, sin avisar, sin piedad.
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