Así se hacen los caramelos que venden afuera de la Basílica

Una familia de la Colonia Independencia, en Monterrey, con más de 30 años de tradición en la elaboración de caramelos, nos compartió el proceso de elaboración de estos.La microempresa de caramelos que actualmente dirigen Roberto López y Eugenio Rodríguez se dedica a la elaboración de los tradicionales dulces que son vendidos a las afueras de la Basílica de Guadalupe.Su familia se dedica a elaborar bastones de caramelo, paletas de chilindrina, canastas, charamusca, bastones grandes para decoración y lo que los clientes les hagan por pedido, todo totalmente hecho de caramelo.Para empezar a elaborar el producto vierten costales de azúcar en una olla donde lo va a fundir junto con agua y cremor que formaran el caramelo fundido.Posterior a la fundición de los ingredientes, después de hervir, vierten el contenido en una plancha junto con esencia de menta para que el caramelo vaya tomando la consistencia pegajosa.Esa consistencia la deben ir mezclando en la plancha con ayuda de una espátula que les ayuda a despegar el caramelo, cuándo ya se encuentra frío, lo pasan a otra plancha que mientras lo amasan le van añadiendo colorante. ¿Sabías qué… para que el caramelo se torne de color blanco, lo deben ir estirando en un gancho de manera brusca y mientras se va amasando, este va tomando el tradicional color blanco de caramelo.Después, se revuelven los colores y poco a poco se van formando los bastones de caramelo, para finalmente empacarlos y que así sean distribuidos a los locales que venden alrededor de la Basílica de Guadalupe.En esta empresa trabajan alrededor de 10 personas, quienes son parte de la misma familia, trabajan solo las temporadas de Semana Santa y en noviembre y diciembre por las festividades.

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